En 2020, se diagnosticaron 29.000 nuevos casos de cáncer en Ecuador. Según varias fuentes consultadas esta cifra aumentará en el país y, para 2030, se proyectan más de 40.000 nuevos pacientes con la enfermedad. Un porcentaje importante dentro de esta cifra es ocupado por mujeres, que padecen cáncer de mama, tiroides, cérvix y ovario, como los tipos más frecuentes.
La Organización Mundial de la Salud afirma que del 30% al 50% de los casos se pueden evitar si las personas están conscientes de cuáles son los factores de riesgo que inciden en ellos y adoptan un estilo de vida saludable, con prácticas apoyadas por la ciencia.
Por estas razones, he decidido profundizar a continuación sobre estas patologías que se dan sobre todo en las mujeres y así aprender a detectarlas y conocer qué se puede hacer para prevenirlas.
Cáncer de mama
En el momento en que las células tumorales mamarias empiezan a desarrollarse de manera descontrolada es cuando este tipo de cáncer empieza a crecer. Es así que se forma un bulto o tumor palpable o este ya es visible en una mamografía; al momento en que las células cancerígenas llegan a la sangre o al sistema linfático, el cáncer se expande.
Este tipo de cáncer puede aparecer a cualquier edad, pero el riesgo de este aumenta a medida que una mujer se hace mayor. Por este motivo, el autoexamen y las mamografías son una constante en la prevención.
La Organización Mundial de la Salud hizo un listado con los síntomas más evidentes de este cáncer; entre ellos se encuentran: la presencia de bultos, cambios en la apariencia y textura de la piel de la zona, alteración en el pezón o en la piel a su alrededor y secreción anormal. Adicionalmente, hay que tomar en cuenta que muchos bultos son benignos; sin embargo siempre deben ser examinados por un oncólogo.
De igual forma, el Ministerio de Salud del Ecuador, recomienda consumir frutas y verduras, hacer actividad física, evitar el consumo de alcohol y cigarrillo para prevenir el cáncer de mama.
Cáncer de tiroides
Este tipo de cáncer se da tres veces más en mujeres que en hombres. De acuerdo al American Cancer Society, las razones para que esto ocurra no se conocen del todo. Sin embargo, las mujeres son más vulnerables a padecerlo y a edades más tempranas.
La enfermedad se desarrolla en la glándula tiroides, donde aparecen nódulos internos y aunque la mayoría de ellos son benignos, hay un porcentaje que pueden ser malignos. Estos, por lo general, son nódulos sólidos o de consistencia mixta.
Entre los factores de riesgo que aumentan la posibilidad de padecer este tipo de cáncer, se encuentra la exposición a la radiación, tener sobrepeso o consumir una alimentación baja en yodo.
Cáncer de cérvix
El cáncer de cérvix se da por la formación de células malignas en el cuello uterino. Este cáncer tiene un desarrollo lento, ya que las células sufren diversos grados de inflamación que favorecen mutaciones puntuales que las convierten en malignas, aumentando en número y dispersándose por esta zona.
Los síntomas de este tipo de cáncer no se evidencian en etapas tempranas, pero los chequeos de rutina suelen dar alertas. Más tarde, estos se evidencian en las mujeres con dolor en la zona pélvica y sangrado.
El factor de riesgo más importante para padecer este cáncer es el virus del papiloma humano o HPV, por sus siglas en inglés. Este se contrae por el contacto piel a piel de la zona íntima con una persona que tenga el virus. Otras causas relacionadas a este cáncer son el tabaquismo, un sistema inmune débil, sobrepeso, ciertos tratamientos hormonales, infecciones por clamidia, entre otras.
En este caso, hacerse un chequeo ginecológico de manera regular, utilizar preservativo en caso de parejas múltiples y aplicarse la vacuna contra el HPV, son medidas de alto valor en la prevención para esta enfermedad.
Cáncer de ovario
De acuerdo al American Cancer Society, las causas para el cáncer de ovario no se conocen con exactitud, pero entre los factores de riesgo para padecer esta enfermedad están la edad (es más frecuente en mujeres que han pasado la menopausia), otras causas importantes son el sobrepeso y la obesidad, tener hijos después de los 35 años o no tenerlos o que existan casos de familiares con cáncer de ovario o de mama.
Generalmente, los síntomas de esta enfermedad incluyen dolor o distensión abdominal, pérdida de peso, constantes deseos de orinar, entre otros. Se recomienda incluir un chequeo pélvico, dentro de los exámenes de rutina para prevenir este tipo de cáncer.