Tratamientos alternativos, complementario u oncológicos: diferencias y efectos en la cura del cáncer
Las terapias alternativas han ganado popularidad al momento de tratar a un paciente con cáncer incluso si no existen pruebas suficientes que argumenten su efectividad. La información sobre estas puede venir de familiares, amigos o conocidos que saben de experiencias, cercanas o no, de pacientes con la enfermedad o incluso de los resultados que arroja una búsqueda en internet.
A pesar de la falta de evidencia científica, al aplicar estos tratamientos en la cura del cáncer, hay quienes optan por ellos, desconociendo los riesgos que pueden generar a su salud y alterando tratamientos tradicionales como la quimioterapia o la radioterapia.
A partir de esta situación, es importante conocer a qué se refiere cada tratamiento, cuáles son sus efectos y si este se puede aplicar durante la terapia oncológica tradicional. Por eso, profundizaré acerca de ellos.
¿A qué se refiere una terapia alternativa?
De acuerdo a la organización benéfica de investigación Cancer Research UK, una terapia alternativa es aquella que reemplaza por completo a la convencional y una terapia complementaria es la que se aplica junto a la quimioterapia o radioterapia para potenciar sus efectos o que el paciente sienta menor afectación.
¿Cuáles son los motivos por los que pacientes con cáncer optan por estas terapias?
Un estudio realizado por la revista científica internacional Current Oncology, con pacientes voluntarios, hizo una serie de preguntas sobre las razones por las que ellos escogerían las terapias alternativas o complementarias y la mayoría coincidió en que se someterían a cualquier tratamiento que mejorara su situación; sin embargo, no se conoce con certeza si estos tratamientos realmente funcionan. Por esto, lo primero que hay que hacer es investigar si dichos procesos tienen riegos al ser aplicados.
De igual forma, otros motivos que se dieron en esta investigación fueron que las terapias alternativas ayudarían al cuerpo a combatir por sí solo el cáncer o que son tratamientos más integrales, que involucran cuerpo y mente y, de esta forma, los pacientes consideran que tienen más control sobre la enfermedad.
Otras causas no consideradas, pero relevantes, están relacionadas con aliviar los efectos secundarios y el malestar causado por las terapias convencionales, también responden a un interés de la persona por la medicina no tradicional.
De cualquier manera, hay que tomar siempre en cuenta que los métodos que se han demostrado eficaces en el tratamiento del cáncer son los de la medicina tradicional. Las terapias complementarias y alternativas continúan en estudios para probar sus beneficios y deben pasar por la misma investigación que los métodos convencionales; es decir, evaluar si son nocivos y su eficacia en un gran número de pacientes dentro de un método científico.
¿Qué efectos pueden causar estos tratamientos?
Las terapias alternativas o los productos que estas utilizan, así sean biológicos, pueden causar afectaciones a la salud; por esta razón siempre deben ser comunicados a sus médicos oncólogos.
Según el National Cancer Institute de Estados Unidos, ciertas vitaminas tienen efectos negativos en el organismo; en el caso de la vitamina C, cuando es administrada en megadosis influye negativamente en el funcionamiento de la quimioterapia y la radiación.
Es más, consumir determinadas vitaminas y minerales pueden incrementar la probabilidad de cáncer. Esto es, de acuerdo al American Cancer Society, porque algunos de los productos no se someten a las normas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (o FDA por su nombre en inglés) y pueden incluir entre sus componentes contaminantes perjudiciales por su forma de producción y manipulación.
¿En qué métodos puedo confiar fuera de la terapia tradicional?
Algunos tratamientos complementarios han sido analizados bajo un estricto control oncológico y han tenido una respuesta favorable en pacientes con cáncer. El American Cancer Society publicó algunos ejemplos de terapias complementarias con resultados positivos y bajo porcentaje de efectos adversos en los pacientes. Entre estos se encuentra la acupuntura, que alivia las molestias leves y náuseas; musicoterapias o actividades artísticas; masajes terapéuticos, que reducen la ansiedad y el dolor; actividades relacionadas con la espiritualidad para el manejo de las emociones del paciente; o prácticas de yoga para la flexibilidad corporal.
Ciertamente, los tratamientos tradicionales son los que cuentan con la evidencia suficiente para ser realizados en personas diagnosticadas con cáncer; sin embargo, si el paciente desea tratar con terapias complementarias, este debe ser asesorado por su oncólogo y, en el caso de someterse a terapias alternativas, es de gran importancia que se lo comunique a su médico, ya que puede comprometer su salud y la eficacia de otros tratamientos.